Una nueva investigación de la Universidad de California-San Francisco (UCSF) arroja luz sobre cómo las células B del sistema inmunitario que infiltran el sistema nervioso central pueden dirigir la Esclerosis Múltiple (EM), lo que abre el camino a una nueva generación de inmunoterapias dirigidas a parar la progresión de la enfermedad.
La EM es una enfermedad neurológica autoinmune que está provocada por un error en el sistema inmunitario que lleva a éste a atacar la mielina, una crucial capa aislante de las células nerviosas, lo que resulta en una pérdida de control muscular y, por último, en la degeneración del sistema nervioso.
La causa de la Esclerosis Múltiple es desconocida, pero evidencias recientes apuntan a un papel importante de las células B, las que actúan como la memoria del sistema inmunitario, responsables de la producción de anticuerpos y del reclutado de otras células inmunitarias que rechacen los patógenos que han sido identificados. Los científicos hipotetizan que, en los pacientes de EM, algún evento aún desconocido activa en las células B un ataque inmunitario coordinado a la mielina.
Recientes avances terapéuticos, dirigidos por el Dr. Stephen Hauser, director del Instituto Weill para las Neurociencias de la UCSF, han mostrado que una reducción de células B puede eliminar rápidamente los episodios de entumecimiento y parálisis en las recaídas de Esclerosis Múltiple. Sin embargo, estos tratamientos no eliminan completamente las células B, particularmente del cerebro y la médula espinal, y muchos pacientes siguen experimentando una progresión gradual de su enfermedad a lo largo de los años.
“Una cuestión muy simple, aunque no resuelta en todo este tiempo, en el campo de la EM es esta: ¿qué hacen las células B en el líquido cefalorraquídeo de pacientes de EM y por qué es tan difícil eliminarlas incluso con los mejores tratamientos específicos de eliminación de células B disponibles?”, señala el Dr. Ryan Schubert, uno de los principales autores del estudio, quien dirigió el trabajo como investigador posdoctoral del Departamento de Neurología de la UCSF. Schubert trabaja ahora en una empresa biotecnológica suiza.
“El éxito de estas terapias no tiene precedente en la medicina, pero el papel exacto de estas células B en EM aún no se conoce bien”, añade la investigadora posdoctoral Dra. Akshaya Ramesh, la otra autora principal del estudio, quien afirma: "Queríamos comprender si determinadas poblaciones de células B juegan un papel particularmente importante en la enfermedad y podrían atacarse selectivamente en terapias futuras".
Su nuevo artículo, publicado el 28 de agosto en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), ha descrito por primera vez la actividad génica de células B dentro del sistema nervioso central de pacientes de Esclerosis Múltiple en un esfuerzo por entender con exactitud cómo estas células promueven la neurodegeneración. El estudio comparó células B de la sangre y el líquido cerebrospinal de 23 pacientes de EM no tratados y en estadios iniciales de la enfermedad que se enrolaron en los estudios EPIC y ORIGINS de la UCSF, para tratar de comprender cómo las células B se infiltran en el sistema nervioso central y activan la neurodegeneración.
“Al identificar rutas biológicas particulares de las células B que están más pronunciadas en el líquido cerebroespinal de pacientes de EM, esperamos proporcionar guías para el desarrollo de terapias de nueva generación contra estas células B”, explica el autor senior del estudio, el Dr. Michael Wilson, profesor asociado de neurología en la División de Neuroinmunología y Biología Glial del Instituto Weill para las Neurociencias de la UCSF.
Los investigadores encontraron que el líquido cefalorraquídeo de personas con Esclerosis Múltiple contenía un número anormal de células B maduras ya activadas, y que estas células mostraban ciertas rutas genéticas más activas, sobre todo aquellas relacionadas con la inflamación y el metabolismo del colesterol, ruta biológica que ya se ha hipotetizado en estudios previos que tenga un papel en EM.
"Vemos que las células B del líquido cefalorraquídeo activan específicamente genes que aumentan sus opciones de supervivencia en el cerebro y líquido cerebrospinal, lo que perpetúa un ciclo de daño y resulta en el rasgo característico de la EM, desmielinización", cuenta Schubert.
Lo que es aún más interesante, los investigadores fueron capaces de secuenciar la proteína de superficie de las células B maduras, indicadora de lo que las ha activado previamente. Conocer la secuencia de esta proteína, llamada Receptor de Célula B (BCR, por sus siglas en inglés), en células ligadas a la autoinmunidad de pacientes de EM potencialmente permitiría a los investigadores desarrollar anticuerpos terapéuticos altamente específicos para eliminar de los pacientes estas células B perjudiciales. La información podría también permitir a los investigadores identificar las moléculas específicas que han activado inicialmente el sistema inmunitario de los pacientes contra su propio aislamiento nervioso.
“Si pudiéramos hacer esto, podríamos diseñar terapias que eliminaran selectivamente las células B que están reaccionando a este antígeno o grupo de antígenos particular”, afirma Wilson. “Sería la primera oportunidad para ir realmente a la raíz de la enfermedad”, expresa.
Fuente consultada: University of California- San Francisco
Artículo científico original: Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS)
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