El ADN antiguo revela el origen de la Esclerosis Múltiple en Europa

El ADN antiguo revela el origen de la Esclerosis Múltiple en Europa

El ADN antiguo ha ayudado a rastrear las raíces de una serie de rasgos genéticos de los europeos modernos. Más de 1.600 genomas antiguos sugieren que muchas características –incluido un mayor riesgo de Esclerosis Múltiple– fueron traídas a Europa por personas que emigraron al continente en tres oleadas distintas a partir de hace unos 45.000 años.

Los resultados del ADN antiguo demuestran que parte de la variación regional de ciertos rasgos se debe a diferencias en los patrones de dispersión de los emigrantes. Esto contradice la idea de que las diferencias genéticas surgieron principalmente cuando las personas se adaptaron a las condiciones de lugares específicos de Europa.

«Es una proeza«, afirma Lluís Quintana-Murci, genetista de poblaciones del Instituto Pasteur de París que no participó en el estudio. Afirma que la investigación proporciona detalles sin precedentes sobre cómo la ascendencia antigua puede influir en el riesgo de enfermedad hasta nuestros días. «Es un bello ejemplo de cómo, abordando cuestiones antropológicas y genómicas muy básicas, se puede informar a la medicina«, afirma.

Recién llegados

Los humanos anatómicamente modernos se asentaron en Europa en tres oleadas principales: los cazadores-recolectores llegaron a Europa desde Asia hace unos 45.000 años; los agricultores llegaron desde Oriente Medio hace 11.000 años; y los pastores (pastores de animales) llegaron desde las estepas de Asia occidental y Europa oriental hace 5.000 años. Arqueólogos e historiadores habían supuesto que estos grupos se mezclaron entre sí por todo el continente y que las poblaciones de lugares concretos evolucionaron con rasgos distintos en respuesta a sus entornos locales.

Pero cuando el genetista Eske Willerslev, de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), y su equipo empezaron a investigar los genomas humanos antiguos, descubrieron que ésa no era toda la historia. Los investigadores recogieron y secuenciaron el ADN antiguo de 317 esqueletos hallados en Europa, la mayoría de entre 3.000 y 11.000 años de antigüedad. A continuación, combinaron estas secuencias con los datos genómicos existentes de más de 1.300 eurasiáticos antiguos.

Al comparar los marcadores genéticos, las edades y los lugares de enterramiento de los restos, los científicos pudieron trazar un árbol genealógico europeo y un mapa de migraciones que revelaba cómo cambiaban las características genómicas en un lugar concreto a medida que las poblaciones se desplazaban en el tiempo. Por ejemplo, demostró que los pastores esteparios se dirigieron principalmente a las zonas más septentrionales de Europa, mientras que los agricultores de Oriente Próximo lo hicieron hacia el sur y el oeste.

Algunos de estos inmigrantes sustituyeron por completo a las poblaciones existentes. Dinamarca, por ejemplo, sufrió dos grandes transiciones de población, cada una de ellas en pocas generaciones. Willerslev afirma que las pruebas arqueológicas y la rapidez de la transición sugieren que los recién llegados mataron a todos los autóctonos en lugar de expulsarlos o mezclarse con ellos.

De ADN antiguo, genes y geografía

Los patrones de dispersión de este ADN antiguo significan que muchos europeos modernos tienen alguna ascendencia genética de las tres oleadas de población, pero la cantidad relativa de cada una varía en función de la ubicación, afirma Willerslev.

A continuación, los investigadores compararon los genomas antiguos con los de 410.000 individuos modernos cuyos perfiles genéticos están almacenados en el Biobanco del Reino Unido, una enorme base de datos de información genética y física. Los datos demostraron claramente que muchos rasgos se remontan directamente a una de las tres oleadas migratorias.

Por ejemplo, los europeos modernos del norte son más altos y tienen la piel más clara que sus homólogos del sur porque tienen más ascendencia de los pastores esteparios. Y los más cazadores-recolectores, que suelen vivir en el noreste de Europa, presentan variantes que aumentan el riesgo de diabetes y Alzheimer.

El ADN antiguo ayuda a resolver cuestiones

«Gran parte de la historia se creó fuera de Europa. Pero una vez que estos emigrantes se asentaron en zonas geográficamente aisladas de Europa, estas variantes se cimentaron en poblaciones individuales«, afirma Willerslev.

Este estudio de ADN antiguo ayudó a resolver cuestiones como por qué los adultos humanos desarrollaron la capacidad de digerir la leche antes de que los europeos se dedicaran al pastoreo. Las mutaciones cerca del gen que codifica la lactasa, la enzima que permite a los bebés procesar la leche, podrían haber ayudado a los primeros humanos a sobrevivir a las hambrunas incluso antes de la llegada de los pastores. Estas mutaciones podrían haber preparado el genoma para el desarrollo de la variante que permite que la lactasa siga funcionando en los adultos.

Pero no está claro si otros rasgos, como la estatura, proporcionaron alguna ventaja a las personas que las portaban, afirma Willerslev.

Misterios evolutivos

Esta ambigüedad no sorprende a Tony Capra, genetista evolutivo de la Universidad de California en San Francisco. «Es muy, muy difícil saber qué impulsa la selección. Aunque puede ser tentador concluir que una variante genética fue una adaptación evolutiva a un entorno, a veces es sólo el resultado de quién vivía allí en ese momento. Incluso con estas asombrosas ventanas al pasado que nos ofrece el ADN antiguo, no hace sino subrayar lo complejo que ha sido el proceso de la evolución humana«, señala Capra.

Sorprendentemente, uno de los rasgos que parece haber tenido una fuerte ventaja evolutiva es uno asociado a la predisposición a la Esclerosis Múltiple. Este rasgo llegó a Europa con los pastores de Asia occidental y se hizo aún más común en el norte de Europa a lo largo de los milenios siguientes.

Hoy en día, la Esclerosis Múltiple es una enfermedad devastadora causada por un sistema inmunitario hiperactivo que ataca al sistema nervioso. Pero ese sistema inmunitario superpotente, o las variantes genéticas asociadas a él, podrían haber ayudado a los pueblos antiguos a sobrevivir a plagas y patógenos comunes. «Es la mejor explicación que se nos ocurre«, afirma Willerslev.

Capra afirma que el equipo ha adoptado un enfoque «inteligente» para comprender a los antiguos humanos al observar cómo la ascendencia afecta a los rasgos modernos, en lugar de intentar averiguar los rasgos observando únicamente muestras de ADN antiguo. El siguiente paso, dicen él y Quintana-Murci, será que los investigadores apliquen los métodos desarrollados por Willerslev y sus colegas a genomas de otras partes del mundo, como el sudeste asiático y América.

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3 Responses

  1. Q se invierta td lo q se necesita para acabar con ella cuanto antes y d nuevo antes se podra recuperar, q entre tantas monarquias, politicos, programas basuras tv, elites futbol, ricos q defraudan y ocultan o en negro…seguro q castigando a tdos estos con la justicia q se merece y q devuelvan por tanto mas d lo q no les pertenece se podria conseguir sino la cura definitiva d la esclerosis multiple y/u otras enfermedades neurodegenerativas y autoinmunes al menos reducirlas al maximo

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