Un nuevo mapa genético de la Esclerosis Múltiple ha duplicado el conocimiento previo que se tenía de los genes de riesgo de esta enfermedad neurodegenerativa. Entre el nuevo conocimiento se encuentra la identificación de un cambio genético en el cromosoma X, aunque es poco probable que este sea el único factor que contribuye a una mayor incidencia de EM en las mujeres. Sin embargo, este es un primer paso para comprender mejor las contribuciones genéticas de este importante sesgo.
Los descubrimientos también indican que existe una variedad de células inmunitarias que contribuyen al riesgo de Esclerosis Múltiple y que tanto los brazos adaptativos como los innatos del sistema inmunológico tienen un papel importante. Esta investigación sienta las bases de futuros estudios para descubrir la secuencia de eventos que conducen al inicio de la enfermedad y pueden allanar el camino para nuevas terapias eficaces.
Investigadores del MS Genetics Consortium, en este trabajo publicado en la revista Science, han analizado a más de 47.400 personas con Esclerosis Múltiple y a más de 68.300 personas sin EM para determinar los cambios genéticos adicionales que juegan un papel en el inicio de la patología y las células que podrían participar. Han creado un mapa genético de la Esclerosis Múltiple, que ha duplicado los cambios genéticos conocidos que participan en la EM.
Durante la última década, la arquitectura genética de la EM ha ido aflorando gradualmente, llegando a asociarse más de 200 variaciones genéticas con la “enfermedad de la mil caras”. Estos estudios han arrojado luz sobre el papel del sistema inmunológico adaptativo en la aparición de la EM. El sistema inmunológico adaptativo es la parte del sistema inmunológico que reacciona ante ataques específicos y recobra la memoria después del primer ataque, por lo que puede reaccionar más rápido a futuros ataques. Este estudio y una investigación reciente sugieren que otras partes del sistema inmunológico, como el sistema inmunológico innato, también pueden participar en la Esclerosis Múltiple.
Variaciones genéticas
Los investigadores descubrieron un total de 233 cambios genéticos independientes asociados con el riesgo de Esclerosis Múltiple: 32 de estos cambios se ubicaron en una región genética llamada complejo mayor de histocompatibilidad (CMH), el área del genoma que contiene los genes de riesgo de la EM más importantes.
Por primera vez, se ha descubierto una variación genética de riesgo de la Esclerosis Múltiple en el cromosoma X, uno de los cromosomas sexuales, en una región específica de las células T, un tipo de célula inmunitaria que participa en la EM. Las restantes 200 variaciones de genes de riesgo de la EM se ubicaron en diferentes regiones del genoma.
Genes de riesgo
A partir de los cambios identificados en los genes de riesgo de la EM, los investigadores priorizaron 551 genes de riesgo de la EM, que suponen más del doble de los genes conocidos asociados a la EM hasta la fecha.
Se descubrió que estos genes de riesgo de la EM participan en el desarrollo y la maduración de las células inmunitarias, como las células B (parte del sistema inmunológico adaptativo), y las células asesinas naturales como la microglía (parte del sistema inmunológico innato).
Para tener una idea de cómo estos genes pueden trabajar juntos para contribuir al riesgo de la EM, los investigadores analizaron las interacciones de las proteínas producidas por estos genes de riesgo de la EM. Aproximadamente un tercio de estas proteínas tuvieron algún tipo de interacción y había trece grupos más pequeños con interacciones más fuertes. Esta cantidad es mucho más elevada que los estudios anteriores y ayudará a priorizar las proteínas para su posterior estudio más adelante.
Sistema inmunológico innato en EM
Los cambios genéticos influyeron en muchos tipos diferentes de células inmunitarias. Además de las células T, que se han estudiado ampliamente en la EM, también se ha descubierto que estos cambios influyen en las células B, otro tipo de células inmunitarias que solo se han estudiado en la investigación de la EM más recientemente.
Mientras las células del cerebro, como las neuronas y los astrocitos, no se vieron afectadas por los cambios genéticos; las microglías (principales células inmunitarias innatas del cerebro) sí se vieron afectadas.
Esto indica que el sistema inmunológico innato, que es el sistema inmunológico no específico que entra en acción pocas horas después de un nuevo ataque de una bacteria, un virus u otro patógeno, también puede desempeñar un papel en el riesgo de la Esclerosis Múltiple
Fuente: MSIF