El sistema inmunitario humano se parece mucho al juego de mesa ‘Mouse Trap’: es un sistema similar a la máquina de «Rube Goldberg» de piezas que interactúan. Sólo que en lugar de que una bola que cae haga saltar a un diminuto buceador a una bañera -que, a su vez, hace saltar una trampa a unos ratones de plástico-, unas proteínas impulsan a otras para que activen las células inmunitarias y las dirijan hacia los gérmenes. Pero si esas proteínas dirigen por error las células inmunitarias hacia el tejido sano, pueden surgir enfermedades autoinmunes como la Esclerosis Múltiple, que ataca a las neuronas.
Un nuevo estudio dirigido por Kelly Monaghan -investigadora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Virginia Occidental– sugiere que parte de este sistema inmunitario «Rube Goldberg» resulta prometedor como posible objetivo de tratamientos contra la Esclerosis Múltiple (EM).
«Cada vez que se produce cualquier tipo de problema en el sistema nervioso central, hay que pasar por una serie de pasos para que las células lleguen al cerebro o a la médula espinal. Comprender mejor esos mecanismos del sistema inmunitario asociados a la Esclerosis Múltiple puede ayudar a informar sobre nuevas terapias«, explicó Monaghan, candidata al doctorado en el Departamento de Microbiología, Inmunología y Biología Celular.
Sus hallazgos aparecieron publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Science. El estudio, financiado por los Institutos Nacionales de la Salud, se centra en STAT5, una de las muchas proteínas que circulan por el cuerpo y que, metafóricamente, pueden activar o desactivar genes.
¿Qué es STAT5?
«STAT5 es un factor de transcripción. Es un miembro de la familia de proteínas STAT y tiene muchas funciones diferentes en la proliferación celular y la inflamación. Las proteínas STAT5 deben formar dímeros para regular la expresión génica. La interacción de dos dímeros da lugar a la formación de tetrámeros, que regulan un conjunto independiente de genes diana», señaló Monaghan.
El objetivo de Monaghan era descubrir si los tetrámeros de STAT5 desempeñaban un papel importante en la señalización de los glóbulos blancos para interactuar y moverse a través de las meninges. Si desempeñaban esa función, los investigadores querían saber más al respecto, dado que la infiltración de células inmunitarias en las meninges es un rasgo distintivo de la Esclerosis Múltiple.
«Las meninges son una serie de tres membranas que rodean el sistema nervioso central. Actúan como una especie de punto de control, por así decirlo, para regular la migración de las células hacia el cerebro o la médula espinal propiamente dicha«, expuso.
En concreto, Monaghan quería investigar la cadena molecular de acontecimientos que podría hacer que los tetrámeros de STAT5 ordenaran a otra proteína -llamada CCL17- que indicara a los linfocitos T, un tipo de glóbulos blancos, que atacaran el sistema nervioso central mediante «fuego amigo».
Los complejos entresijos del sistema inmunitario
Monaghan y su equipo utilizaron dos grupos de ratones para explorar esta vía. El primer grupo había sido modificado genéticamente para que sus proteínas del tetrámero STAT5 no pudieran reorganizarse de forma que desencadenaran la problemática respuesta CCL17. El segundo grupo era genéticamente normal.
Los investigadores inyectaron a ambos grupos de ratones células T reactivas a la mielina para inducir una forma experimental de Esclerosis Múltiple llamada encefalomielitis autoinmune experimental o EAE.
En respuesta, los ratones genéticamente normales desarrollaron EAE de forma convencional, pero los ratones genéticamente modificados no lo hicieron. La interrupción de su «reacción en cadena» del tetrámero STAT5 los protegió contra la enfermedad.
«No se eliminó por completo, pero se redujo significativamente su gravedad. Fue bastante convincente que desarrollaran una enfermedad menos grave, lo que sugiere que la CCL17 es la proteína patógena que actúa aguas abajo de los tetrámeros STAT5«, destacó.
Los ratones modificados genéticamente no sólo mostraron una parálisis más leve y retardada, sino que un examen posterior de sus médulas espinales reveló unos nervios más sanos y con mejor capacidad de transducción de señales.
«La Esclerosis Múltiple es muy complicada. Descubrimos que las complejas interacciones inmunológicas entre las células es lo que realmente contribuye a la dificultad de entender esta enfermedad«, reveló.
Posibles futuros tratamientos
Datos como los obtenidos en este estudio pueden apuntar a futuros tratamientos para la Esclerosis Múltiple. «Los pacientes a los que se les diagnostica EM sufren durante toda su vida y, por desgracia, sus síntomas clínicos empeoran cuando la enfermedad progresa«, apuntó Edwin Wan, mentor de Monaghan y profesor asistente del Departamento de Microbiología, Inmunología y Biología Celular.
«Los fármacos actuales para el tratamiento de la EM son bastante eficaces para reducir la tasa de recaídas, pero no pueden detener la progresión de la enfermedad. El cuello de botella para desarrollar fármacos más eficaces es que no tenemos una imagen completa de cómo se inicia y progresa la enfermedad«, indicó. Los hallazgos del estudio ayudan a rellenar ese cuadro, acercando la posibilidad de posibles futuros tratamientos.
«Creo que estos hallazgos también pueden tener implicaciones más amplias para otras enfermedades autoinmunes porque puede haber varias otras enfermedades autoinmunes que están reguladas por los tetrámeros STAT5 y la vía de señalización descendente, lo cual es bastante emocionante«, subrayó Monaghan.
Nota del editor de la Universidad de Virginia: El uso de animales en este proyecto fue evaluado por el comité institucional de ética para el cuidado y uso de animales de la WVU. La Universidad de Virginia Occidental está acreditada voluntariamente por la AAALAC, una organización nacional de pares que establece un punto de referencia global para el bienestar de los animales en la ciencia.
Fuente de la noticia: https://wvutoday.wvu.edu/stories/2022/03/22/wvu-research-suggests-interrupting-immune-response-improves-multiple-sclerosis-outcomes
Fuente del estudio: https://doi.org/10.1073/pnas.2116256118
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