Aunque históricamente la Esclerosis Múltiple (EM) ha sido bastante difícil de reconocer en sus fases iniciales, una nueva investigación indica que puede haber una nueva forma de ayudar a identificar la EM cuando está empezando a desarrollarse. Científicos de la Universidad de Columbia Británica informan de que los pacientes con EM tienen casi el doble de probabilidades de sufrir enfermedades mentales en los años previos a la aparición de la enfermedad.
Más concretamente, los autores del estudio descubrieron que aspectos de salud mental como ansiedad y depresión pueden estar asociados a una fase prodrómica de la EM, considerada el conjunto «precursor» de síntomas y pistas preliminares que aparecen justo antes de que se materialicen los síntomas clásicos de la Esclerosis Múltiple.
El diagnóstico de Esclerosis Múltiple, un reto
La Esclerosis Múltiple es una enfermedad autoinmune y crónica del Sistema Nervioso Central, que, esencialmente, hace que el cuerpo se ataque a sí mismo. Y lo que es peor, los síntomas varían mucho de una persona a otra. Algunos sólo experimentan síntomas leves como entumecimiento o mareos, mientras que otros pierden por completo la capacidad de ver, caminar o hablar. Por ello, reconocer y diagnosticar la EM suele ser un reto para los médicos, ya que los síntomas relacionados varían mucho y a menudo se confunden con otras afecciones. Para los propios pacientes, esto puede significar soportar meses e incluso años de síntomas, antes incluso de ser diagnosticados.
Gran parte de la Esclerosis Múltiple se centra en la mielina o los tejidos grasos que recubren y protegen nuestras fibras nerviosas. En los pacientes con EM, la mielina suele destruirse en varios lugares. Con el tiempo, esa mielina desaparecida da lugar a un tejido cicatricial conocido como esclerosis. El daño causado a los nervios impide que los impulsos eléctricos esenciales viajen hacia y desde el cerebro.
«Durante mucho tiempo se pensó que la EM sólo empezaba a manifestarse clínicamente cuando una persona experimentaba su primer episodio desmielinizante, por ejemplo en forma de problemas de visión«, afirma en un comunicado de prensa la Dra. Helen Tremlett, autora principal del estudio, profesora de neurología de la UBC y miembro del Centro Djavad Mowafaghian para la Salud Cerebral. «Pero hemos llegado a comprender que hay todo un periodo anterior a esos acontecimientos en el que la enfermedad se presenta de formas más indirecta«, añade.
La importancia de un diagnóstico precoz
La Dra. Tremlett y su equipo llevan tiempo trabajando para caracterizar mejor las primeras fases de la EM, con la esperanza de que su objetivo final sea facilitar una detección más temprana y una posible intervención. Los periodos prodrómicos están bien establecidos para otras enfermedades, como el Parkinson, en la que los pacientes lidian con síntomas como el estreñimiento durante años, antes de que aparezcan las deficiencias motoras clásicas.
«Si podemos reconocer antes la EM, el tratamiento podría empezar antes. Eso tiene un enorme potencial para ralentizar la progresión de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de las personas«, señala la Dra. Tremlett.
Para investigar este tema, los autores del estudio evaluaron los historiales médicos de 6.863 pacientes con Esclerosis Múltiple en Columbia Británica. Los investigadores se centraron específicamente en la tasa de trastornos mentales (trastorno bipolar, esquizofrenia, depresión y ansiedad) durante los cinco años anteriores a que los pacientes desarrollaran los signos clásicos, médicamente reconocidos, de la EM. Estos pacientes se compararon con un grupo de control de 31.865 personas sin EM.
Resultados del estudio
Los resultados revelaron que las personas con EM (28%) padecían trastornos mentales, como depresión y ansiedad, casi el doble que la población general (14,9%). El uso de la asistencia sanitaria para los síntomas psiquiátricos, como visitas al médico o psiquiatra, prescripciones y hospitalizaciones, también fue sistemáticamente mayor entre los pacientes con EM. También es importante señalar que esta diferencia observada aumentó en cada uno de los cinco años previos a la aparición de la enfermedad.
«Observamos tasas cada vez más altas de afecciones psiquiátricas que alcanzan su pico en el último año antes de la aparición de la EM«, explica el primer autor del estudio, el Dr. Anibal Chertcoff, que realizó el estudio como becario postdoctoral en el laboratorio de la Dra. Tremlett y ahora es profesor adjunto en la Universidad de Manitoba. «Aunque no estamos sugiriendo que estas afecciones por sí solas puedan predecir la EM, pueden ser una pieza del rompecabezas del pródromo de la EM y una señal potencial cuando se combinan con otros factores«.
En realidad, este trabajo se basa en un proyecto anterior realizado en el laboratorio de la Dra. Tremlett que descubrió que otros síntomas como la fatiga, los trastornos del sueño, el síndrome del intestino irritable, la anemia y el dolor también pueden estar incluidos en el pródromo de la EM.
"Un tratamiento más temprano puede ayudar a ralentizar la progresión"
Sharon Roman, que vive con EM desde hace 25 años, afirma que definir mejor este periodo prodrómico en el que se experimenta depresión y ansiedad podría reportar enormes beneficios a innumerables pacientes.
«Damos por sentadas muchas cosas en la vida -caminar, el equilibrio, la visión, el habla, incluso el simple acto de tragar- hasta que un día la EM nos las arrebata«, explica Roman. «Cuanto mejor sepamos identificar los primeros signos y síntomas de la EM, antes podremos reconocerla, diagnosticarla y tratarla. Podemos evitar que a la gente le diagnostiquen lo mismo que a mí, con un ataque masivo y hospitalización, y prevenir las pérdidas que yo he sufrido. Un tratamiento más temprano puede ayudar a ralentizar la progresión«, señala.
El estudio se publicó en la revista Neurology: https://studyfinds.org/depression-anxiety-multiple-sclerosis/
Fuente: https://studyfinds.org/depression-anxiety-multiple-sclerosis/
Excelente artículo muy buena información gracias