Un estudio sueco vuelve a poner el foco en la cadena ligera de neurofilamentos (NfL) como biomarcador en la Esclerosis Múltiple (EM). Hace unos meses se publicó una investigación que apuntaba a su relación con la aparición de la EM: los resultados señalaban que los niveles de NfL aumentaban tan pronto como 6 años antes de la aparición clínica de la enfermedad.
En esta ocasión, el estudio ‘Niveles de neurofilamentos en el plasma están asociados con el riesgo de discapacidad en Esclerosis Múltiple’, publicado el 20 de mayo de 2020 en la revista Neurology por el Doctor Ali Manouchehrinia y sus compañeros del Karolinska Institutet, se centra en la asociación entre esta molécula y la progresión de la discapacidad en Esclerosis Múltiple.
En éste, niveles más altos de la molécula llamada ‘cadena ligera de neurofilamentos’ (NfL) se asociaron a una progresión de la discapacidad en muestras de sangre de 4.385 personas con Esclerosis Múltiple. Si bien se necesita un estudio adicional antes de que esta prueba de sangre pueda ser utilizada de manera rutinaria para predecir el curso de la enfermedad y guiar el cuidado de las personas con EM, estos hallazgos se suman a la creciente evidencia de que la NfL tiene la capacidad de ser un biomarcador de la actividad de la EM y progresión de la discapacidad.
La NfL es un fragmento que forma parte de los residuos que entran en el líquido cefalorraquídeo y la sangre cuando los cables nerviosos (axones) son dañados. Se han puesto en marcha estudios de la NfL en el torrente sanguíneo y en el líquido cefalorraquídeo para definir mejor cómo este biomarcador puede ser utilizado para ayudar a detectar y predecir la actividad de la enfermedad y la respuesta a tratamientos, no solo en EM sino también en otras enfermedades.
En este amplio estudio los investigadores identificaron 4.385 personas con EM de registros suecos de Esclerosis Múltiple y 1.026 personas que no tienen EM. Los científicos testaron los niveles de NfL en muestras de sangre e hicieron un seguimiento a los participantes durante cinco años.
Las personas con EM obtuvieron niveles de NfL significativamente más altos en sangre en comparación con las personas que no tenían EM. Los niveles más altos de NfL estaban significativamente asociados al empeoramiento de discapacidad durante el siguiente año y con la probabilidad de alcanzar una discapacidad moderada (afectando a actividades diarias pero no a la capacidad de caminar).
Este estudio se suma al creciente cúmulo de conocimientos necesarios para determinar el mejor uso de la NfL como un biomarcador para el cuidado de la Esclerosis Múltiple, decisiones de tratamientos y ensayos clínicos. Estudios adicionales puestos en marcha ayudarán a estandarizar su uso y ayudarán a entender cómo la edad y otras condiciones de salud tienen un impacto en los niveles de NfL.
Fuente: National MS Society
Artículo científico original: En revista Neurology