Entrevista al Dr. José Carlos Álvarez Cermeño, al Dr. Manuel Comabella y a la Dra. Susana Mato Santos; algunos de los profesionales que dedican parte de su vida a la investigación de la EM en nuestro país.
"Ante todo soy neurólogo clínico: mi tarea principal es atender a los enfermos neurológicos que tengoasignados. Pero creo que cualquier médico, si tiene voluntad, esfuerzo y una infraestructura adecuada a sualcance, debe intentar conocer en profundidad y aumentar el conocimiento de las enfermedades de lospacientes que trata. Esa es la investigación clínica a la que nos dedicamos, una vez acabada la labor asistencial diaria", explica José Carlos ÁlvarezCermeño, de la Unidad de Esclerosis Múltiple del Hospital Ramón y Cajal. Y esa curiosidad por una enfermedad con mil caras y un millón de interroganteses la que ha llevado a los tres investigadores que vienen hoy a nuestras páginas a trabajar sin límites para saber algo más. Siempre algo más.
Manuel Comabella llegó a este mundo por casualidad. Tras formarse como neurólogo en el Hospital Vall d'Hebrón, decidió completar en Boston suformación en Neurología. "Fui sin ningún conocimiento en investigación, con la idea de regresar a Barcelona y volver a la clínica. Sin embargo, miexperiencia en Boston fue muy gratificante y el mundo de la investigación —plenamente focalizado desde el punto de vista clínico en la Esclerosis Múltiple— me cautivó hasta tal punto que cuando regresé quise continuar haciendo investigación".
Por su parte, Susana Mato Santos buscaba "un trabajo muy estimulante y nada monótono". Hoy puede estar orgullosa de haberlo encontrado comoinvestigadora del Programa Ramón y Cajal, en el Departamento de Neurociencias UPV-EHU. "Desde el inicio de mi carrera investigadora en 1997, mi áreade estudio ha sido siempre el sistema endocannabinoide cerebral y sus posibilidades terapéuticas en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas ymentales. Mi trabajo en el ámbito de la Esclerosis Múltiple comenzó en 2005, al incorporarme al Laboratorio de Neurobiología de la UPV/EHU, que tieneun sólido background en el estudio de los mecanismos de daño y protección de la sustancia blanca".
No hay dos días iguales
El doctor Álvarez Cermeño tiene claro lo que busca: "Intentamos encontrar datos o biomarcadores que nos permitan diferenciar a los pacientes deEsclerosis Múltiple más activa, para seleccionar para ellos los tratamientos más adecuados. Así llegamos a la medicina personalizada, en la que cadapaciente recibe el medicamento más idóneo en su situación actual". El paciente siempre está en el punto de mira de la investigación de este médico: "Alpasar consulta, uno se da cuenta de que nos falta mucho por aprender. Cuanto más sepamos sobre los mecanismos de una enfermedad, más fáciltendremos la tarea de combatirla. El trabajo en el laboratorio de Inmunología del Hospital Universitario Ramón y Cajal y del Instituto de Neurología deLondres me ha facilitado una visión amplia de la EM".
Y que nadie se lleve a engaño. No todo en el día a día de estos investigadores es trabajo de laboratorio, tal y como destaca Manuel Comabella: "Un díanormal en mi trabajo son muchas horas de trabajo dedicadas a coordinar los proyectos de investigación en Esclerosis Múltiple que hay en marcha y adiseñar nuevos proyectos de investigación en la enfermedad. Esta última parte incluye la búsqueda de los recursos personales y económicos necesariospara llevarlos a cabo".
No hay sitio para la monotonía en la agenda de Susana Mato: "Mi trabajo presenta la ventaja de que no hay dos días iguales... Mi tiempo se reparte entre el diseño, realización y análisis de experimentos, la escritura de proyectos de investigación y el asesoramiento y evaluación de estudiantes predoctorales. También asistimos a seminarios periódicos, y ocasionalmente, a actividades de difusión de resultados científicos".
Esperanza científica
Manuel Comabella tiene un mensaje claro para los pacientes de Esclerosis Múltiple: "Que tengan esperanza, que en muy pocos años se ha producido un avance espectacular en su conocimiento y tratamiento, y que actualmente existe una inercia muy positiva en la investigación de la Esclerosis Múltiple, que sin lugar a dudas seguirá dando sus frutos, siempre en beneficio de la persona que padece la enfermedad".
Está de acuerdo Susana Mato: "Creo que los lectores que padecen Esclerosis Múltiple deben saber que cada día se avanza en el conocimiento de los mecanismos implicados en la enfermedad. Es mi opinión y la de otros investigadores en el campo que nuestro trabajo contribuirá al desarrollo de nuevas terapias a corto-medio plazo".
José Carlos Álvarez Cermeño quiere transmitir a los pacientes la entrega de las personas que dedican su vida a arrojar luz en un mundo de sombras: "Me gustaría que tuvieran la certeza de que todo el personal médico, enfermeras, terapeutas y demás personas, no sólo de nuestro Hospital, sino de todo el país, trabajamos con la única idea de atenderles según nuestro mejor saber y con la mayor y mejor dedicación a nuestro alcance". Este investigador del Hospital Ramón y Cajal quiere aprovechar para enviar un aviso a una comunidad ávida de soluciones: "Vivimos una época llena de esperanza. Tenemos cada vez más tratamientos útiles para la EM, comprobada su eficacia y seguridad de forma muy seria y científica. Del diálogo con su médico y enfermera, o enfermero, se elegirá el más apropiado para cada paciente. No se dejen engañar por soluciones mágicas o consejos de personas no versadas que, sin tener base científica, opinan como si fueran expertos. Hemos visto situaciones dramáticas inducidas por esto".
Lo más duro, lo más frustrante
"No poder avanzar más rápido para ayudar a mejorar la calidad de vida de los pacientes". Así de contundente se muestra Manuel Comabella al hablar de la peor parte del trabajo del investigador, un punto en el que coincide plenamente con José Carlos Álvarez Cermeño. Susana Mato se duele, además, de la situación actual: "Lo más duro de la labor investigadora es el hecho de que pequeños avances científicos requieren una gran cantidad de tiempo y esfuerzo personal, que no siempre son valorados. Por otra parte, estoy viviendo una situación de desencanto, al ver la ausencia de interés en promover una actividad investigadora de calidad que demuestran las instituciones estatales con sus recortes en el presupuesto destinado a investigación desde hace años.”
Lo mejor de su trabajo
José Carlos Álvarez Cermeño lo tiene claro cuando se le pregunta por el aspecto más positivo de la investigación que dirige: "Conseguir satisfacer las necesidades y expectativas de mis pacientes y familiares". Toda una declaración de principios compartida por Manuel Comabella: "Para mí, lo más gratificante es pensar que la investigación que llevo a cabo tiene como objetivo último la persona que tiene Esclerosis Múltiple, y que los resultados de mi investigación pueden ayudar a mejorar, de una forma u otra, la calidad de vida de estas personas". Las expectativas de la comunidad de pacientes y familiares son muchas y urgentes, pero el investigador, además, tiene que satisfacer su curiosidad vital, esa que le empuja a estar horas y horas buscando avanzar en un camino largo, oscuro y la mayoría de las veces tortuoso: "Lo más gratificante de mi trabajo diario es la posibilidad de aprender algo nuevo cada día. También es muy gratificante la posibilidad de diseñar y llevar a cabo experimentos que contribuyan al avance en el conocimiento de los mecanismos que subyacen en una patología, en base a una idea propia", añade Susana Mato.
Puedes consultar la entrevista completa en el documento adjunto o en el número 25 de la revista Muévete dentro del apartado dePublicaciones