El estudio del Dr. Mahad pudo ponerse en marcha en 2014 gracias a la contribución de miles de personas en todo el mundo al Proyecto M1 (www.eme1.es) y otras iniciativas internacionales. Su objetivo: entender más acerca de la EM progresiva, para proteger las fibras nerviosas.
El daño en células nerviosas es una seña distintiva de la EM progresiva, y una de las razones subyacentes puede ser el daño a las mitocondrias, esas pequeñas fábricas de energía intracelulares, en esas células. Las mitocondrias contienen una pequeña cantidad de material genético especial, llamado ADN mitocondrial (mtDNA), que programa la función mitocondrial y la producción de energía.
El Dr. Don Mahad, un investigador clínico escocés del departamento de Neurociencia Clínica de la Universidad de Edimburgo, explica “El ADN mitocondrial de las células nerviosas de personas con EM progresiva a menudo presenta mutaciones.” Él y su equipo quieren determinar cómo se desarrollan estas mutaciones. También investigarán la potencial relación entre la pérdida de mielina y cambios en las mitocondrias.
El Dr. Mahad continua, “El estudio puede desvelar el papel crucial de las mitocondrias dañadas en la progresión de la EM. Si es cierto, nuestros resultados podrían identificar maneras de proteger las fibras nerviosas y sus mitocondrias en los afectados de EM progresiva.” El Dr. Mahad puntualiza que un factor que podría suponer una limitación para el proyecto es que las células nerviosas usadas en el estudio deben provenir de voluntarios con EM, de biopsias cutáneas, y estas células nerviosas periféricas “podrían no reflejar totalmente las propiedades de las que se encuentran en el cerebro.”
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